5 de septiembre de 2012

El cáncer social que se puede prevenir y erradicar, la violencia


La violencia que se vive en la sociedad actual es preocupante, pues afecta todas las esferas y estratos sociales. Algunas veces se inicia en el seno familiar ya con la violencia emocional o física, pasando por el bullying en las diferentes etapas escolares, la discriminación racial, social o por discapacidad, en la sociedad o en el trabajo, aunada  en ocasiones del acoso sexual; o bien las pandillas juveniles, e incluso de infantes que por dinero fácil, se integran al narcotráfico. Y qué decir de la trata de personas, que lamentablemente crecen como espuma, los altos índices de abortos, de violencia  entre parejas de novios, que llegan a ser fatales, o bien la acción de jóvenes, que sin cargo de conciencia realizan masacres en escuelas o lugares públicos, o simplemente se suicidan. Todo esto resultado de la sociedad utilitarista y hedonista reinante en todo el mundo.

Estoy convencida de que la violencia si se puede prevenir y erradicar, lo importante es ir al origen y sanarlo, es decir, es necesario fortalecer a la familia y tomar conciencia de la educación a los hijos, en el qué y cómo los estamos educando, qué valores les estamos inculcando y finalmente para qué los estamos preparando?

La violencia se define como: «Toda acción que atenta contra la dignidad, la libertad y la integridad física y psíquica del ser humano, produciéndole sufrimiento, dolor o cualquier forma de limitación a su bienestar o al ejercicio libre de sus derechos.» y es el último recurso del incompetente, generando marginación, exclusión y dominio.

Es un fenómeno tan antiguo como el hombre, nacido por su deseo  de control y de poder.  Puede ser: física, emocional o psicológica, sexual, económica y patrimonial y por negligencia y aunque todas son negativas, la más devastadora es la emocional o psicológica porque logra la erosión y degradación de la  autoestima, además de aniquilar la posibilidad de tomar decisiones y tener esperanza.

Son varios los factores que propician la violencia, lo cierto es que es en el seno familiar, donde se aprenden los patrones de convivencia y se viven los valores que marcarán la personalidad del niño, que aprende por imitación; incluso es la familia donde deberían cubrirse las necesidades básicas del hombre, que son; el ser amado, reconocido y perteneciente. 

De cualquier forma, son los padres, pilares de la familia en quien recae la responsabilidad primaria y más importantes en la formación de valores en los hijos, en la vivencia cotidiana, donde con su ejemplo muestren el respeto, el amor, el diálogo abierto, sincero y asertivo, la paciencia, incluso se aprende sobre el valor del dolor, del sufrimiento, el esfuerzo y el trabajo que forjan el carácter, y sobre todo del perdón sincero que nos lleva a un cambio en la vida para mejorarla y es símbolo del gran amor que solo en la familia se da.

Lic. Rebeca Conde de Salgado

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